¿Tienes pensamientos de calidad o vives continuamente preocupada?
Como afrontar las preocupaciones que viven en tu mente
Si tu mente está siempre centrada en alguna preocupación, si das vueltas y vueltas al mismo pensamiento y acabas siempre en el mismo punto en el que empezaste, entonces vives continuamente preocupada.
Es necesario que te des cuenta de esto para liberarte de esos pensamientos molestos y sustituirlos por pensamientos de calidad que te permitan disfrutar de los buenos momentos de tu vida.
¿Qué tipo de pensamientos tienes?
Seguro que en varias ocasiones has dicho a algunas personas aquello de “yo pienso mucho”.
Y estoy segura de que, efectivamente, piensas mucho. La cuestión es: ¿qué tipo de pensamientos ocupan tu mente?
¿Son pensamientos de calidad o son pensamientos repetitivos y molestos?
La diferencia entre unos y otros es muy importante porque te lleva a consecuencias muy distintas:
- ¿Tus pensamientos comienzan en una idea y, tras un proceso, te llevan a un resultado que te facilita la vida?, o
- ¿Tus pensamientos son repetitivos y te mantienen dando vueltas a una idea durante mucho tiempo sin llegar a ninguna conclusión?
Creo que puedo adivinar casi con total seguridad que tus pensamientos son del segundo tipo y que vives continuamente preocupada.
¿Qué son las preocupaciones?
Una preocupación es un pensamiento que se repite una y otra vez acerca de un peligro que se te puede presentar en el futuro y que consideras que está fuera de tu control.
- Unas veces enlazas un pensamiento con otro y con otro, del mismo o distinto tema, y formas una cadena de pensamientos que te llevan a vivir siempre preocupada.
- Y otras, te dedicas a descubrir posibles problemas y entonces te centras en pensar: “¿Qué pasaría si….?”
Al final, acabas dando vueltas a situaciones imaginadas por ti y que son poco probable que sucedan. Y si suceden, en general son menos peligrosas y más manejables de lo que has pensado.
Consecuencias de vivir siempre preocupada
Es posible que pienses que preocuparte es la mejor manera de prevenir o resolver los problemas. Y que el hecho de preocuparte por algún tema o por alguna persona es porque te interesa el tema o la persona.
Y crees que si no te preocupa significa que eres una irresponsable.
Pero esto no es cierto ni saludable. Ocupar tu mente con preocupaciones tiene unas consecuencias que no te benefician nada y que te ocasionan muchas dificultades:
- Sientes mucha ansiedad
- Pasas las noches en vela y no tienes un sueño tranquilo y reparador
- Tu cuerpo está en una tensión continua como si acabaras de correr una maratón
- Te cuesta concentrarte en otras tareas como estudiar, trabajar o participar en una conversación
- Se te presentan muchas dudas cuando tienes que tomar una decisión
- Tu estado anímico tiene muchas subidas y bajadas
¿Qué factores influyen?
Te cuento algunos de los factores que tienen relación con el modo de pensar centrado en las preocupaciones:
- Tener una autoestima baja y falta de asertividad
- La necesidad de mantener el control de las situaciones
- Ser muy sensible a las críticas
- Un aprendizaje de pensamiento centrado en un único punto de vista que no contempla otras posibilidades
- Interpretar como amenazante una información ambigua
- Percibir una amenaza continua o tener una visión del mundo como algo peligroso
Es verdad que cierto grado de preocupación te va a ayudar a evitar o resolver algunas situaciones. Pero la preocupación continua te lleva a un bloqueo mental que no te aporta nada positivo.
Verás que no es nada positivo preocuparte de:
- Situaciones que pertenecen al pasado y que ya no puedes modificarlas
- Situaciones que no tienen solución o que no está dentro de tus posibilidades o competencias
- Situaciones que sí tienen solución
Cómo cambiar preocupaciones por pensamientos de calidad
Te comparto algunas pautas para que puedas afrontar las preocupaciones y comenzar a cambiar el tipo de pensamientos que hay en tu mente:
- Llevar tu atención a pensamientos positivos: cada vez que te des cuenta que estás en modo preocupada, busca un pensamiento positivo y céntrate en él
- Reconoce lo que ya hay en tu vida: si te mantienes centrada en el momento presente te darás cuenta que la mayoría de situaciones que hay te están aportando vivencias muy valiosas
- Cuando se te presente algún problema, confía en ti misma y mantén la certeza de que tienes recursos para poder resolverlo o superarlo
- Identifica de forma detallada el pensamiento que te genera preocupación y, en lugar de considerarlo un hecho real, aprende a contemplarlo simplemente como una hipótesis
- Mantén la mente ocupada con actividades que te distraigan y te hagan sentir bien
- Busca personas positivas que te ayuden a ver las situaciones de otro modo
- Si lo necesitas, pide ayuda a tus amigos, a tu familia o a un profesional cualificado para ayudarte cuando no lo consigas tu sola
Así pues, aprender a diferenciar entre los pensamientos de calidad y las preocupaciones es un paso necesario para poder ocuparte de liberar la preocupación y la ansiedad que te generan para que puedas vivir plenamente.
Y tu, ¿vives continuamente preocupada? Si quieres compartirlo, te espero en los comentarios.
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